jueves, 8 de octubre de 2015


"Vamos, salta de una vez, ¡vamos a matar a ese sujeto! Y si él nos mata primero será noticia nacional. No vamos a dejar que todo permanezca como hasta ahora, lanzaremos unas cuantas granadas, explotarán, y en medio de todo el caos dejaremos que la imagen de la autoridad se desplome entre humo gris y gritos insoportables que callarán toda palabra de consuelo" Fueron las últimas palabras de Ana justo antes de correr por la plazuela, despojar del seguro la granada que portaba en la mano, y lanzarla junto con su amiga Claudia hacia la torre de seguridad, matando a varios oficiales que se encontraban dentro.

   Disparos, gritos, heridos y daños de mediana gravedad al edificio de la policía. Ana recostada en el suelo, derramando su vida, regalaba una sonrisa a ls cielos. Claudia nunca la abandonó, aunque partió con ella gracias a la bala un oficial, terminando así toda la tragedia.

     La pequeña rebelión no tuvo el impacto esperado, ningún reportaje, ninguna mención en el noticiero de la noche, ni fotografías, ni testigos. ¿Por qué? Quizá sea una medida para proteger la imagen de algún político, o simplemente para no levantar revueltas entre la población, o más bien entre las mujeres. ¿Y por qué tanto miedo a las mujeres? 



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