miércoles, 14 de octubre de 2015
Menos de 80 k/h (narrador en primera persona)
Eran las siete menos quince cuando me encontraba manejando mi Tsuru por el circuito. Para hacer el viaje más llevadero escuchaba como siempre y para alabanza del Señor, el discurso que dio el pastor Maldonado en la congregación de fin de año. Alabado el pastor y alabado el Señor. Creo que no voy a llegar al templo, Martita, mi esposa por más de diez años me espera ahí. Y es que, ¿por qué la gente viaja tan rápido?, no lo entiendo; la prisa es totalmente una invención del “malo” y lo digo haciendo una reverencia al Señor Jesucristo. Puedo llegar (manejando a menos de ochenta k/h) cinco minutos después, no tarde, después, que uno que viaja a toda velocidad o a la que el tráfico se lo permite. El Señor es quien dispone y no quiero disponer por él. Alabado sea el Señor. Sonó mi teléfono, era mi jefe, el no es creyente pero es buena persona o al menos lo intenta. Perdón gente, pero tengo que estacionarme para contestar. Bueno, si, perdóneme pero venía manejando y no pude contestarle a la primera. Si, si, claro que sí, gracias, gracias, que el Señor le de salud y más bienestar, si, lo siento. Gracias Señor por escuchar mis plegarias. ¡Dios, me olvidé por un instante de Martita! Bueno, amor, oye, me acaba de ascender mi jefe, si amor, no podré llegar para empezar, pero dale gracias al Señor de mi parte. Te veo en un rato, te amo esposa mía. Muy pocas veces lloro, pero esta vez creo que es importante, pero, vamos a movernos de aquí. Que feliz me siento, y todo es por promover el mensaje del Señor, lo se aho… que, ¿qué pasó, choqué, me chocaron? pero… ¿cómo? si yo siempre manejo a menos de 80 k/h. ¡Alabado sea el Señor!
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.