Una diferencia entre México y
Madrid es que aquí se considera que en las horas pico hay que proteger a las
mujeres de las situaciones de abuso en el transporte público y por ello se
reservan los tres primeros vagones de cada tren sólo para mujeres. También se
hace en el metrobús. En Madrid todos se apachurran sin distinción de género.
Más de una vez a todas nos ha tocado clavarle el codo en la tripa a algún viejo
verde que trata de arrimar cebolleta.
Algo en lo
que no se diferencian México y Madrid (y creo que ninguna ciudad en el mundo)
es en que se sigue mandando a la mujer el mensaje de que es vulnerable y debe
protegerse. Que es ella la que debe irse a los primeros vagones si quiere estar
segura. Mujeres y niños menores de 12 años, porque claro, si el niño va con su
madre no va a irse sólo con los hombres, ni la madre con ellos. Me pregunto si
no habría que incluir en los primeros vagones a los hombres que vayan con sus
hijas. ¿Va más segura una niña en los vagones de los hombres con su padre o
sola en los de las mujeres?
También
los adultos mayores y las personas con minusvalía pueden ir en los primeros
vagones porque claro, van más protegidos. Las mujeres tienen más instinto de
cuidado. Yo siempre pienso que sería mejor que fuesen en los otros, donde hay
un montón de caballeros dispuestos a cederles el asiento.
La verdad
es que cuando monto en el metro a horas concurridas si voy sola me voy a los
vagones de mujeres. Más que porque me sienta más protegida allí, lo hago porque
no sé cómo se interpreta a una mujer sola que no lo haga. Si vas con tu pareja
es normal, pero si no… ¿eres automáticamente una buscona? ¿no te importa que te
metan mano? ¿Se juzgaría igual a un hombre que acose si la mujer tenía la
posibilidad de aislarse en los vagones de los visillos rosas?
Tanto aquí
como allí se sigue poniendo el énfasis en la necesidad de la mujer de
protegerse. En España, el Ministerio del Interior nos aconsejaba en su web a
las mujeres que vivíamos solas poner un nombre de hombre junto al nuestro en el
buzón, tener luces encendidas en varias habitaciones a la vez. Y el caso es que
yo nunca he tenido mi nombre solo en el buzón… por si acaso. Ya me gustaría a
mí que el Ministerio del Interior les aconsejara a los hombres que respeten a
las mujeres, que les explicara clarito que no es no, que abuso es abuso y
violación es violación. Que ni llevar minifalda es una provocación atenuante ni
llevar vaqueros es atenuante porque “sin la colaboración de la mujer no habría
podido quitárselos”. Mientras siga en el inconsciente de unos y otras que somos
las mujeres las que tenemos que protegernos, también seremos las culpables
cuando seamos abusadas, violadas, asesinadas, porque habrá sido un descuido
nuestro en nuestra obligación de protegernos.
Ya me
gustaría a mí que pusieran en los dos últimos vagones “sólo para pervertidos”.
Porque un hombre que no sea capaz de estar cerca de una mujer sin pensar que
puede tocarla, decirle obscenidades, restregarse contra ella, olerle el pelo
para que ella se dé cuenta… ese es el que tiene que ser capaz de separarse de
los demás porque no digno de pisar los espacios comunes. Esos son los únicos
culpables de los abusos, de las violaciones, de los feminicidios. Ellos y
quienes los consideran normales.
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