jueves, 22 de octubre de 2015

Los vagones de mujeres

Una diferencia entre México y Madrid es que aquí se considera que en las horas pico hay que proteger a las mujeres de las situaciones de abuso en el transporte público y por ello se reservan los tres primeros vagones de cada tren sólo para mujeres. También se hace en el metrobús. En Madrid todos se apachurran sin distinción de género. Más de una vez a todas nos ha tocado clavarle el codo en la tripa a algún viejo verde que trata de arrimar cebolleta.
Algo en lo que no se diferencian México y Madrid (y creo que ninguna ciudad en el mundo) es en que se sigue mandando a la mujer el mensaje de que es vulnerable y debe protegerse. Que es ella la que debe irse a los primeros vagones si quiere estar segura. Mujeres y niños menores de 12 años, porque claro, si el niño va con su madre no va a irse sólo con los hombres, ni la madre con ellos. Me pregunto si no habría que incluir en los primeros vagones a los hombres que vayan con sus hijas. ¿Va más segura una niña en los vagones de los hombres con su padre o sola en los de las mujeres?
También los adultos mayores y las personas con minusvalía pueden ir en los primeros vagones porque claro, van más protegidos. Las mujeres tienen más instinto de cuidado. Yo siempre pienso que sería mejor que fuesen en los otros, donde hay un montón de caballeros dispuestos a cederles el asiento.
La verdad es que cuando monto en el metro a horas concurridas si voy sola me voy a los vagones de mujeres. Más que porque me sienta más protegida allí, lo hago porque no sé cómo se interpreta a una mujer sola que no lo haga. Si vas con tu pareja es normal, pero si no… ¿eres automáticamente una buscona? ¿no te importa que te metan mano? ¿Se juzgaría igual a un hombre que acose si la mujer tenía la posibilidad de aislarse en los vagones de los visillos rosas?
Tanto aquí como allí se sigue poniendo el énfasis en la necesidad de la mujer de protegerse. En España, el Ministerio del Interior nos aconsejaba en su web a las mujeres que vivíamos solas poner un nombre de hombre junto al nuestro en el buzón, tener luces encendidas en varias habitaciones a la vez. Y el caso es que yo nunca he tenido mi nombre solo en el buzón… por si acaso. Ya me gustaría a mí que el Ministerio del Interior les aconsejara a los hombres que respeten a las mujeres, que les explicara clarito que no es no, que abuso es abuso y violación es violación. Que ni llevar minifalda es una provocación atenuante ni llevar vaqueros es atenuante porque “sin la colaboración de la mujer no habría podido quitárselos”. Mientras siga en el inconsciente de unos y otras que somos las mujeres las que tenemos que protegernos, también seremos las culpables cuando seamos abusadas, violadas, asesinadas, porque habrá sido un descuido nuestro en nuestra obligación de protegernos.

Ya me gustaría a mí que pusieran en los dos últimos vagones “sólo para pervertidos”. Porque un hombre que no sea capaz de estar cerca de una mujer sin pensar que puede tocarla, decirle obscenidades, restregarse contra ella, olerle el pelo para que ella se dé cuenta… ese es el que tiene que ser capaz de separarse de los demás porque no digno de pisar los espacios comunes. Esos son los únicos culpables de los abusos, de las violaciones, de los feminicidios. Ellos y quienes los consideran normales.

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